NUESTRAS BODAS
Adrián y yo teníamos prácticamente toda nuestra boda encauzada y
pensábamos que no necesitaríamos a nadie, hasta que un mes antes de
nuestro día seguíamos con la incertidumbre de si podríamos celebrar o no
(la «magia» de las bodas en tiempos de Covid), si tendríamos que
cambiar de Iglesia, si podríamos invitar a todo el mundo… Además, unido a
los nervios y la impotencia que nos generaba esa situación, se nos
empezaron a acumular las gestiones de última hora, así que, casi de
manera providencial, nos decidimos a contactar con Violeta.
Aunque
contratamos el servicio de Coordinación del Día B, su implicación fue
absoluta desde el primer momento, haciéndonos sentir en las mejores
manos, acompañándonos en el proceso y dándonos una tranquilidad que
hasta entonces había sido impensable. Ella sabía que todo saldría bien, y
así nos lo hizo creer. Sin duda, fue la mejor decisión que pudimos
tomar. Violeta y Laura consiguieron lo que soñábamos: poder disfrutar
del día de nuestra boda desde el primer minuto hasta el último,
despreocupándonos de todo, sabiendo que teníamos dos ángeles de la
guarda que se asegurarían de que todo saliera bien.
Nuestro
día fue perfecto gracias a ellas, y su labor no pasó inadvertida, no
sólo para nosotros, sino para todos los invitados, quienes siguen
reconociendo el trabajo que hicieron las chicas de Fátima Mendes el
pasado 3 de julio.»
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